más y más

"...y voy por la vida, pidiéndote un amor de suicida..."

El Maldibendito Semáforo de Bush

Hace un tiempo atrás, aducí públicamente que mi vida se había convertido en una especie de caja de pandoras, con sorpresas un poco conocidas, y reprimidas a la vez, pero que se hacen manifiestas, y toman peso en la medida que se crea, y se construye en base y en función de una nada un poco desestructurada. Digamos que el elemento sorpresivo es el que mantiene la homeostasis de un sistema en movimiento, pero quien me asegura a mi que mientras mas elementos sorpresivas mas también me desestructuro, y me puedo hacer también un poco mas débil. El riesgo es manifiesto, no hay latencia en esta declaración, y en la medida que se acepta una de las partes, se está también aceptando la otra cara de la moneda, y es un poco jugar a la suerte, a ver que nos depara la próxima jugada, o ver que lado de la moneda es el que nos favorece. Y la moneda que se tiró a suertes aún no cae del todo, y desconozco si gané o perdí.


El viernes recién pasado, fue un día de alto riesgo, de alerta roja, como diría el tio Bush. Ese semáforo maldibendito, digno de semiótica es multicontextual, y cómo fue que nos sirvió aquellos días en la universidad, cuando el riesgo de morir atropellados, o intoxicados con alguna comida se hacía potencialmente cercano. Gracias a la monedita esa fue que superamos a Pecorra, y a ese séquito de humanos del cual no hay espacio ni tiempo para hablar. El semáforo. Si. Trabajo para una organización en la que no creo, y en la que la mentira es una buena salvación. El biopoder de Foucault en su máxima expresión (Contexto interpersonal) mezclado con los vínculos de estructura dápicos de Guidano y reafirmados por un altazor chileno!!!, Señor Llanos (contexto intrapersonal) permiten que emerja una nueva forma de poder sistematizado entre las relaciones, de la cual lo único que se puede desprender es que mientras mas se miente, mas se sabe, y por lo tanto mas poder se obtiene. Tres opciones, con tres colores: Siga, precaución y PARE.


La organización de la cual hablo podría ser el Gobierno, en cierta medida lo es, y no a la vez, en el trazado de lo público y lo privado se entremezclan para confundirnos y no tener herramientas para poder defendernos como ciudadanos bio-despoderizados, o dignos de no ciudadanía. Foucault estaría maravillado, y asustado a la vez, al notar cuanto las organizaciones son capaces de inventarnos estructuras empoderadas de la verdad. Anoche tembló dos veces, y me desperté entre miedo y ese recuerdo infantil del terremoto de 1985. Imposible dormir, escribí un par de correos, y entre pesadillas fue que la mejor alternativa fue revisar la prensa…y aunque me gustaría haber tenido una plana central en LUN que sea…jejeje...No estaba yo y mi expulsión forzada del parque forestal a las 10 de la noche, sino de aquel desastre ocurrido en el sur de nuestro país. Horas mas tarde, Doña Princesita Michelét ya había tomado rumbo al lugar de la tragedia, lugar en el cuál fue abucheada, y lo he gozado…su biopower no funciona, o ya perdió el impacto. La misma ONEMI negó la posibilidad de un desastre mayor ya hace mucho tiempo, y lo ha reafirmado hace sólo un par de días, cuando en rigor, las víctimas siguen siendo aquellos desposeídos e incomunicados, aquellos a los cuales se les miente, engaña y seduce con un discurso de salud, calidad de vida y mejoramiento social. ¿De qué vale mantener la calma sino se entregan recursos para poder sustentarla? Me río un poco de la mediocridad, y ya ni siquiera tanto, porque ya estoy curado de espanto. La mediocridad de mentalidad basada en el impacto de los resultados a corto plazo, a lo inmediatos, precoces y desechables que nos hemos convertido como sociedad, al hecho de no considerar las individualidades como estrategias de diversidad y avance, sino como retroceso y pérdida. El patrón militar en su máxima expresión nunca nos ha abandonado, aún existe el miedo a lo diferente, a lo nuevo, al caos, y al desastre que tenemos consciencia siempre nos ha caracterizado geográfica y psíquicamente. Frente a ello las defensas de negación son las más prácticas, es por el mismo motivo que fui expulsado de un parque, por medio de una mentira, y no de una respuesta de calidad que implique honestidad y claridad de órdenes.


La moneda aun está cayendo, y se me hace eterno el proceso, pero tengo calma, y aún me queda vida…lo sé…como dice una canción "me están siguiendo detectives, alguien me esta cobrando un favor", y hasta no pagarlo, no hay vuelta atrás.


La moneda acaba de caer!!!, pero me empecé a cuestionar a cuantos más les debo favores…y cuántos mas me deben a mi. Volví al punto inicial.


Hay luz verde!!!