Desde hace mucho las cosas
cambiaron. Mi salud, mi entorno, mi realidad laboral, mi situación sentimental.
A veces cuando las cosas se alborotan
responden a un caos, y después del caos viene la calma. No sé que tanto espero
o ansío esa calma, pues he aprendido que tanto de la calma como del caos he
aprendido a disfrutar. Me reconozco mejor. Después del caos, la calma; de la lluvia,
el arcoíris; del sexo, el descanso; del deporte, una merecida ducha; de la
pena, la alegría; y así…Hoy, hace sólo unos minutos, de una forma muy directa, me hicieron entender que lo
que he aprendido no le importa a nadie más que a mí.
Curiosamente hoy me acordé
de un evento del pasado por una canción que sonaba en mi listado de spotify, cuando en aquel entonces, un
personaje al que pensé querer mucho, me dejó plantado en un terminal de buses. Siempre
recuerdo que ese día mi amor por pulp
y por morrissey fue creciendo dramáticamente,
sintiendo consuelo sólo en sus discos repetidos, una y otra vez. Ese día lloré
y lloré como nunca lo había hecho en años, encerrado en mi pieza, sin que nadie
lo sospechara. Nunca nadie sospechó que sufría por algo, daba igual. Pensé en
las bolsas de comida, y en la ropa que llevaba, ordenada, como nunca. Con escasos
medios económicos, ese día me devolví en un colectivo cargando kilos de ropa y
comida, kilos que seguramente hoy no podría sostener. Tenía 23 o 24 años, un
corazón lleno de esperanzas y felicidad, una vida tranquila y un cuerpo sano
que cuidar. Con miedos, como es
esperable, pero con esperanzas al fin y al cabo. Después de esos días de pena,
tuve sentimientos de venganza y rencor durante muchos años. El rencor se
transformó en desconfianza en el amor y sólo me preocupé de mí. Conocí un par
de amantes con los que disfruté mucho, hasta que un par de veces me volví a
entregar, tal cual, así como el mismo de antes, con las bolsas de comida y
bolsos de ropa esperando ansioso la llegada y el destino, en un terminal de
buses “las personas nunca cambian, sólo
cambia la conducta” decía ese profesor de psiquiatría que se estaba
quedando ciego en una sala lúgubre en el
Salvador mientras analizábamos un paciente esquizofrénico. Las personas no cambiamos, nunca, ni
en esencia, y escasamente en la forma, quizás esa bobada de la evolución astral
tiene algún sentido. Quién sabe?
Formalmente me hospitalizo
mañana, pero suspendieron mi ingreso porque se me infectó el oído y me punza.
He tenido síntomas que nunca he experimentado, y entre tantos, en mi vida había
tenido otitis así de grosa!. Es como si el cuerpo hablara por mí, no quiero
escuchar ciertas cosas. La otra mitad
está sana, y ya parece un poco chiste
todo lo que tengo o como me he deteriorado,
o crecido…jajjaa…..en sólo unos meses. La vida me está poniendo extremamente a prueba
y pienso que puede ser la muerte la que me espera. La muerte en el sentido gráfico, o en sentido
de cambio, como lo dice el tarot. Los ciclos son sabios y hay que ser bien pavo
como para no darse cuenta cuando estás en medio de una tormenta y se te moja el
piso, y los muebles, y no puedes vivir como antes.
Algo de mi espera con ansias
una compañía leal, y honesta, la otra lo desprecia. Y no es rencor, nunca! Es mi
esencia, que no le abre paso a la hipocresía, o también debería ser parte de
ese hipocresía para ver el otro lado de la moneda. No quiero anquilosar mi vida
nunca, como me lo dicen los médicos. Tus huesos están deteriorados y tu caso es
complejo, dice Sabugo . Lo que queda es algo de fe y de fortaleza, de soltar las bolsas de
comida y los bolsos de ropa y tomar por mi propia cuenta el bus, sin esperar a
nadie. El camino ya es una oportunidad.