Contradictorio o no, dá un poco igual. Que la puerta se abre y que entra un viento frío, y se me congelan los huesos. Que inventé un palo para cerrarla, y que entra olor a pan recién horneado, y que siento cómo si el pasado condenara, y los recuerdo, y que el menage a trois que me recuerda errores acertados, que esa noche de septiembre, que no olvido así de fácil como digo, que divago entre el perdón y el olvido y la memoria episódica, que me gusta mucho, y que tampoco se note mucho. No sé divagar, sé mentir. Y la gente que me valida. Y las fotos, y los errores ortográficos y gramaticales, que las noches, que la lluvia, que el frio y las duchas tibias, con mucha espuma en los cuerpos ardientes, y que el olvido, y que hay que resetear el disco duro. Que la moral incorrecta, y la moral hipócrita. Que los papeles son para informase, no para rayarlos...que no pierdo tanto el tiempo - lo gestiono, cinicamente-. Que no puedo olvidar así de fácil, y que una perversión negada vale mas que mil recuerdos...que el humo, una pestaña, las ventanas y el diseño incierto de una posición sexual me entorpecen y confunden, que me celan, que me distorcionan. Que ser o no leído, ser o no amigo, ser o no escuchado. Que dá un poco lo mismo, que Transantiago es una mala palabra, y yo la peor de todas...
Que no aprendí a disfrutar, ni mucho menos a olvidar.
Que no veré mas fotos...no más.
Que no quiero memoria.
No más.
