17 mayo, 2007

Re-involución Francesa


Tengo una máxima!
No sólo una, sino que varias.
Y las descubrí esta semana a pesar de haberla renegado luego de que algunos personajes me hayan tratado de paranoico, perseguido o psicoanalista barato (ya se que muchos lo están pensando). No ahondaré en las futuras proyecciones que estas situaciones puedan arrastrar en quienes lean este portal, ya que producto de descubrir una máxima es que caí en cama, tuve fiebre, y los huesos a penas me funcionan a las 17 horas…Si ahondo, tengo riesgo de morir, y aún me quedan luchas pendientes. Y ya pago muy caro el costo de mi Insight.

Alejado de mi círculo social mas cercano es que van apareciendo nuevos personajes en escena, algunos se toman recesos, y lo permito, sean recesos con o sin regreso da un poco igual. El asunto es que los nuevos personajes tienen apariciones muy al estilo serial gringa, y la técnica es siempre la misma: a falta de protagonistas, los guionistas buscan estrellas del pasado que fueron exitosas, y que marcaron hito en la historia del protagonista, darle pequeños diálogos, pequeñas rememoraciones en citas, reuniones, inclusive se aparecen en sueños, persiguen en las calles, te esperan fuera de tu casa haciendo microespionaje, hasta que finalmente aparecen en el trabajo mismo del personaje en cuestión!. Si, ella ha regresado en gloria y majestad.

Como no olvidar el dolor, el pasado y las vivencias. Viviendo uno aprende, se hace mas consciente y a la larga sufre menos. Convertirse en un ser con consciente tiene un doble costo: por un lado se vive más, pero también se siente menos. Es como la lógica de la semiótica entre forma y contenido, el desequilibrio es lo que nos hace únicos.

Yo estaba sano, de hecho había batido record. A pesar de que mi salud ha tenido altibajos, y hay una operación pendiente, no esperaba nada más. Todo estaba bajo control, las situaciones se me han convertido en un devenir un tanto predecible, y no había más que eso. La paranoia bajó, dejé vivir…fluir, como decía mi ex gurú Osho.
Pero faltaba la única experiencia sensitiva de oír…ya había escapado en cuatro ocasiones del encuentro con aquella víbora que en algún momento me destrozó lo que me quedaba de seguridad. La vi, la olí, aunque a su hija si la degusté…ja ja ja. El que ella sea una castradora es otro asunto.

- “Fernando Hernández????, eres tu?,”
- Si…hola- respondo sin siquiera mirar, y saber que se me viene por delante.
- No sabia si eras tu, estás muy delgado.
- Y tu muy gordita…qué te pasó?.
- Tuve un hijo, mira, aquí está…y aquí viene mi madre.

La mujer con suerte me miró, yo creo que mi cuadro está ya en la basura, o a la venta en algún persa. Entre desconcierto, la hermana de Liza me hacia preguntas con tal de que le preguntara por su hermana. Me mantuve cauto, sin preguntas, como si una goma de borrar hubiese surtido efecto en mi memoria y en mi corazón.
- y vieras…Liza está haciendo un Minor.
- Ah que bien…
- Y seremos vecinos…sabias?. Nos compramos la casa que está a la venta a cuatro casas de la tuya.

La mente se me hizo pequeñita, la voz no me fluía…porque estoy tan solo aquí dios mío! Una mezcla de sensaciones en el cuerpo. Mira!!!, aquí viene Liza!, es lo único que me faltaba. Su energía maligna me envolvió el cuerpo, desprovisto de energías y fuerzas para inyectar en el, el veneno del cual esa familia siempre ha sido parte. Ya un par de horas más tarde me había afiebrado, pensando en como evadir el potencial encuentro, el que decir, y como acusar de lo que nunca pudo concretarse, de las culpas que inconscientemente se construyeron en base a una relación histórica y marcada por el destino. No quiero creer en el destino, siempre me engaña, o me juega malas pasadas…

Mas aún, asumí hace ya un tiempo que la ciudad era un campo minado, que muchas comunas cercanas a la mía lo estaban, lo asumía, pero ya que invadan la mía, y que frente a un nuevo paso, puedo volver a ser acribillado por un enemigo, me hace doblemente paranoico. Me siento como esta gente que vive atrapada en sus barrios por culpa del Transantiago. Con una agorafobia enfermiza…

Y para terminar, el dato más freak, es que la casa donde vivirá es la casa donde yo un día aprendí a depositar mi fe. La misma fe que se me acabó cuando aquel día que le dije adiós.

1 comentario:

Stratego dijo...
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