06 octubre, 2016

Mientras más imperfecto el mosaico, más hermoso


Hace algún tiempo decidí cambiarme de casa. Días antes de irme, apareció un fantasma en el sótano del edificio y una amiga sintió su presencia una noche que dormía en el living. Había un cristo con el brazo roto en la puerta de la entrada de mi casa y pensé lo peor. Pese a lo anterior, no le temí, nunca le temí….sea la muerte, mi inconsciente o realmente un alma en pena, lo recibo por lo qué es, y honestamente no hay miedo, si no agradecimiento. A los días me despedí de ese departamento que me recibió en Santiago y recordé ese momento en el que lo recibí nuevo, y con el montón de sueños que traía, de los días en los que tomaba la bici del balcón porque me daba lata ir hasta el bicicletero e irme a la pega con casco, luces y guantes, hasta de esa vez que me caí en Bilbao con Sánchez Fontecilla. Ese día me regresé a la casa con los codos destruidos y el alma confundida, días atrás algo había cambiado.

Volví a mi espacio, y curiosamente muchas cosas relacionadas a mis afectos más importantes también tomaron su lugar: algunos volvieron, otros se fueron y otros llegaron. Han llegado a mi vida personas hermosas que padecen mi enfermedad, que me han apoyado, y también he visto un alto porcentaje de ego y envidia en algunos, pero eso ya no me sorprende. Lo detecté de una y sin complicarme más. Me propuse ayudar en lo posible. Hay harto qué hacer y de corazón sé que una enfermedad no es sólo una mochila, si no también una obligación a la que hay que cuidar, atender y proyectar, quedarse sólo con ella es un egoísmo. Hay que proyectarla al futuro y para el bien de otros.  

Una noche de insomnio, me puse a leer de de la biografia de Gaudí, de ese ser humilde que era un maestro, que construyó no solo espacios, si no los detalles de esté y pensé en que quizás cuando niño quise estudiar arquitectura por un llamado universal del maestro gaudi..jajajaja. Mentira.  Recordé mi viaje a Barcelona, la ciudad más descabellada y única en la que he estado y en que quizás, algún momento de mi vida viviría. Leí sobre su inspiración y su filosofía de vida universal, de la evolución de las creencias y la evolución de la humanidad, todo, desde un escritorio humilde. Gaudí también estaba padecía de una enfermedad reumática que le afectó desde su juventud, y sólo en una iglesia rezando encontraba tranquilidad, no así alivio definitivo. De hecho llegó a la conclusión, de que en la vida hace rato que ya no se sufre, si no que se sufre innecesariamente.... He hecho hartas cosas, me compré varias máquinas para cortar cerámicas, fuí a matucana, encontré las herramientas y ahí ando probando hasta tener la técnica del mosaico. Amo la imperfección que parece perfecta..

Esos días mi doctora, una mujer severa, pero muy sabia, me pidió que me viera un psiquiatra para prevenir cualquier depresión producto del tiempo y las consecuencias de mi dolencia, que hizo una relación absurda entre mis abuelas y mi madre, y me dio unos remedios para tranquilizar caballos. Anduve muerto algunos días, hasta que simplemente los dejé. La verdadera sabiduría es integral y tiene un toque de imperfección que le da un matiz de humanidad, como a Gaudí.

Llevo dos días en la clínica, y si bien una parte de mi la detesta, empiezo a acostumbrarme a los turnos, a las enfermeras, técnicas y a las preguntas pauteadas de la nutricionista, sin mencionar los errores administrativos que hicieron que aún no me pueda ir y no me puedan meter la bendimaldita droga (este neologismo es mi principal indicio de esquizofrenia..jajajaa…). Pero da igual…anoche me di el lujo de caminar por el hospital absolutamente vacío y veía mosaicos por todos lados: puertas, letreros, mesones, y la arquitectura ovalada y alargada del hospital, como una torre agbar, pero de lado. Era un túnel también, como el túnel de la muerte en el que me tenían algunos remedios. Por ahora no hay túnel, sólo luces y espacios que me recuerdan una imperfecta perfección.

1 comentario:

Unknown dijo...

Fernando que grata sorpresa encontrar tu blog, pero también tristeza por tu agonía... Sabía q estabas enfermo pero no todo lo que ha significado en tu vida se que soy la persona más lejana que pudiste conocer en Antofagasta, pero al leerte siento que te conozco más y que me perdí el hacerlo cuando estabas acá sólo sigue adelante, la enfermedad se manda sola,los medicamentos funcionan y aveces no..pero nada de esto depende de ti solo te queda tomar el control desde tu espíritu, para q puedas vivir con lo que tienes lo otro dejaselo a los médicos ellos tienen su ciencia, tu tienes tu vida ahora... Haz con ella lo q te haga feliz.