La in-segunda parte cultural

Sin más presentaciones. Voy al grano.

No creo en las segundas partes, ni en las terceras ni en las cuartas. Salvo algunas trilogías europeas interesantes, pero que en Chile, por un asunto cultural no funcionan. El dilema pasa esencialmente por un tema histórico, y social que repercute en las vidas de los ciudadanos. La escuela de Chicago y Consuelo Aldunate, inspirada en Carrie Bradshow lo dicen, y no sólo en una ocasión. Lo bueno de todo esto, es que podemos hacer una suerte de retrospectiva desde cuan cómodos nos hace sentir que la cultura, y en este caso la ciudad hace que mantengamos un locus de control externo basado en la eventualidad de las circunstancias. Wow!. Me asusto al escucharme leer estas palabras. Y no sólo por un factor de sorpresa (por que ese lo perdí hace rato), sino por cuanto asimilamos las verdades externas como decidoras de nuestro destino.

De cualquier modo, partir una vez mas, sin considerarlo una segunda parte o un refrito puede ser considerado un pecado, pero en esta ocasión, lo consideraré un placer. Quien me descubra, bienvenido. Esta vez el secreto será mayor, y la identidad del personaje en cuestión, un enigma. No mentiré, ni engañaré al lector con hipótesis de la vida basadas en el idilio ni en los platos que he dejado sin lavar, sino que apelaré a seguir riéndome de quienes han hecho que hoy mire la vida con este sentimiento anhedónico, clásico “woodyallense”, que hace que el “no-sentir” se haga cada día mas sabroso.

¿Cultura o realidad? Juzgue Usted mismo.